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martes, 28 de abril de 2015

MOTIVACIÓN DE EQUIPOS (I)

CONCEPTOS BÁSICOS
Tal vez, influido por ser el mayor de tres hermanos nacidos en una familia en la que muy pronto faltó mi madre (tenía 8 años), mi padre trabajaba de la mañana a la noche, y había que hacerse cargo de mi primer “equipo”, siempre me sentí atraído por estudiar y reflexionar sobre los motivos intrínsecos de la “motivación” que hace capaz al ser humano de superar los obstáculos “imposibles”.
Desde un primer momento, fui consciente de que tú no puedes motivar a tu equipo, tienes que “proporcionar un ambiente motivador y el equipo se motivará sólo. Ahora bien, para crear un ambiente motivador lo primero que hay que tener es un interés genuino e individual por las personas que componen ese equipo y, segundo, buscar como objetivo principal que los miembros de ese equipo se sientan orgullosos de pertenecer a él.
Como gestores de personas, managers, supervisores, líderes, o cualquier otra acepción que queramos emplear, cuando nuestro equipo falla en alcanzar las expectativas tenemos la tendencia a pensar que la causa del bajo rendimiento es la falta de motivación de las personas, culpamos al equipo de no haberse esforzado lo suficiente y que ha habido una falta de interés o de implicación pos su parte.
Pero, vayamos a las raíces del problema y no saquemos conclusiones tan simplistas como que “bajo rendimiento es igual a una baja motivación e implicación”. Por ejemplo, podemos encontrarnos que un trabajador a “turnos” que lleva dos o tres semanas sin librar un fin de semana, es muy probable que tenga síntomas de fatiga crónica, desordenes gástricos, problemas familiares, e incluso, se conoce que el 75% de los trabajadores a turnos dicen tener sentimientos de soledad en el trabajo y, que los problemas de abuso de alcohol y drogas son tres veces superiores a la de trabajadores en jornadas laborales regulares.
Por lo tanto, para evitar caer en conclusiones simples y diagnósticos erróneos por mala información, apliquemos un poco de técnica y ciencia, busquemos un modelo, un marco de referencia que nos permita asumir con garantías una misión tan compleja de relaciones humanas como es el “management”.
He tomado como referencia el modelo reflejado por destacados estudiosos de Organización y Recursos Humanos como “Barry Gerart” (Compensación: Teoría, Evidencia e Implicaciones Estratégicas) que tras realizar un detallado estudio se adapta perfectamente a lo que yo he venido realizando a lo largo de los años; fundamentado en aspectos intuitivos y de experiencia, aunque si bien tengo que decir, que también apoyado en cierta base teórica recibida a lo largo de mis años como gestor de equipos y, buscada como inquietud y pasión permanente.
Desempeño = Habilidad x Motivación
 Habilidad = Aptitud x Formación x Recursos
                                               Motivación = Deseo x Implicación
Se tratan de factores multiplicativos que nos sugieren que todos los elementos son esenciales. Por ejemplo, si un trabajador tiene un 100% de motivación pero sus habilidades respecto a la tarea son sólo del 10%, no habrá motivación suficiente que haga posible un desempeño satisfactorio del trabajo.
Así que lo primero que tenemos que preguntarnos ante un problema de falta de desempeño (rendimiento) es si la persona tiene problemas relacionados con la falta de habilidad o con la falta de motivación.
Si tenemos la tentación de solucionar los problemas de bajo desempeño adoptando una estrategia de incremento de presión sobre los trabajadores, pensando que existe una falta de motivación y resulta que es debido a una falta de habilidad, entonces , no sólo no habremos solucionado el problema sino que lo habremos empeorado.
De esta manera, todos los miembros del equipo te verán como un jefe insensible a sus problemas (falta de recursos, de formación adecuada y asignación de tiempos de trabajo ilusorios por irrealizables), con lo que entraremos en el círculo vicioso: la respuesta de tu equipo es una pérdida de motivación, (deseo e implicación), tú confirmas que tenías razón y que había una falta de motivación, utilizas cada vez más presión, los resultados siguen siendo pobres y el problema continua.
En definitiva, lo único que había era un diagnostico inapropiado, consecuencia de una falta habilidad (aptitud, formación) por parte del manager, gestor, supervisor, jefe de equipo...
De todo esto se deduce, que las direcciones de empresa deben ser conscientes de la necesidad de  formar adecuadamente a nuestro mandos (de arriba abajo y de abajo arriba) en técnicas y estrategias de “Gestión de Personal (Management) para lograr ambientes más competitivos y saludables para todos sus trabajadores.

* * En próximos artículos examinaremos los dos componentes del desempeño (habilidad y motivación), aunque nos centraremos en la “Motivación y en cómo crear un ambiente de trabajo motivador”, por ser la motivación elemento nuclear en las relaciones diarias entre “jefe y subordinado” y, por requerir, debido a su fluctuación, de una supervisión y revisión constante.